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Panamá en Crisis: Protestas Masivas por Contrato Minero Desatan Descontento Nacional
Panamá se sume en su mayor crisis política desde la transición a la democracia, con manifestaciones y cierres de vías que provocan desabastecimiento y pérdidas económicas, según la Cámara de Comercio.
El viernes 20 de octubre, la Asamblea Nacional aprobó en tiempo récord el contrato con Minera Panamá, desencadenando un rechazo popular rotundo.
La respuesta fue inmediata, con protestas nacionales convocadas el domingo 22 de octubre, lideradas por sindicatos, gremios docentes, organizaciones juveniles y diversas entidades.
Las manifestaciones denuncian el impacto ambiental de la minería a cielo abierto y señalan ventajas injustas para la empresa canadiense, generando percepciones de colonialismo.
El Gobierno ce Panamá argumenta que el contrato minero es vital para pagar pensiones en medio de problemas financieros de la Caja del Seguro Social.
En 16 meses, Panamá, conocido por su estabilidad política, experimenta dos de las mayores movilizaciones de su historia, exacerbadas por cuarentenas estrictas y el retroceso económico del 17,9 % del PIB.
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La pandemia desencadenó crisis socioeconómicas: aumento del 12,5 % en la pobreza y crecimiento del 6,8 % en la pobreza extrema en 2020.
La clase media se redujo en un 11 %, y el índice de Gini aumentó en 3,8 puntos, llegando a 54,1, según el informe del BID.
En Panamá la corrupción, percibida como el principal problema, desestabilizó el orden social, manifestándose en las encuestas de Ciudadanía y Derechos del CIEPS.
En julio de 2022, las protestas por el alza de precios unieron a profesionales, maestros, doctores, trabajadores, indígenas y ciudadanos anónimos.
En octubre de 2023, las manifestaciones incluyen sectores acaudalados, médicos, abogados y jóvenes, marcando una diferencia crucial con las protestas anteriores.
La juventud de Panamá, desvinculada de la democracia tradicional, destaca por su conciencia medioambiental y liderazgo en las marchas contra el contrato minero.
Las protestas actuales se centran en el rechazo del contrato minero, la objeción al extractivismo y la impugnación a una gobernanza percibida como espuria.
Antes de la pandemia, el modelo económico exitoso basado en la ampliación del Canal llegó a su fin en Panamá.
Las protestas indican que la población no desea el extractivismo como modelo, planteando la crucial pregunta: ¿Cuál será la alternativa para un desarrollo sostenible y transparente?
En vísperas de las elecciones generales de 2024, Panamá enfrenta una encrucijada que demanda respuestas a los desafíos económicos y sociales post-pandemia.
