Política
Escándalo en la casa de Nariño: Millonarios gastos de Verónica Alcocer desatan furia política
La Casa de Nariño se encuentra en el ojo del huracán después de que se revelaran gastos exorbitantes por parte de Verónica Alcocer, esposa del presidente Gustavo Petro. Desde la campaña presidencial, Alcocer dejó claro que su papel como primera dama no sería convencional; sin embargo, ahora enfrenta fuertes críticas por un séquito que ha costado más de mil millones de pesos a los contribuyentes colombianos.
Verónica Alcocer, desde el inicio de la gestión de su esposo, ha mantenido un equipo personal que incluye fotógrafo, camarógrafo, maquilladora, asistente personal y jefe de comunicaciones. Sin embargo, según un informe de La Silla Vacía, los gastos en este equipo han alcanzado niveles alarmantes, generando indignación en diversos sectores políticos.
Los críticos señalan que, a diferencia de las anteriores primeras damas, Verónica Alcocer busca un papel protagónico paralelo al del presidente, lo cual ha desatado tensiones en el ámbito político. María Juliana Ruiz, Tutina de Santos, y Lina Moreno son recordadas por desempeñar roles discretos, pero Alcocer ha llevado su presencia a un nuevo extremo.
El congresista Juan Espinal del Centro Democrático ha expresado su intención de citar a funcionarios y entidades públicas para esclarecer de dónde proviene el dinero destinado a financiar el lujoso grupo de colaboradores de Alcocer. Aunque ella no puede ser citada a un debate de control político, la mirada está puesta en quienes están autorizando estos gastos.
La crítica más contundente provino de Espinal, quien confrontó a Verónica Alcocer recordándole su promesa de lucha contra la desnutrición infantil. «Doña Verónica, ¿dónde quedó su compromiso? En 2023 fallecieron 796 niños por esta causa y otras enfermedades», cuestionó el congresista.
Hernán Cadavid, otro representante del Centro Democrático, destacó la ironía de la situación: «Antes reclamaban que se ‘hizo trizas La Paz’. Hoy las Consejerías de Paz financian maquilladores, masajistas, helicópteros, fotógrafos y amigos de la familia». La incongruencia entre los discursos y los gastos ha generado un clima de tensión política.
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El concejal de Bogotá, Daniel Briceño, se unió al coro de críticos al calificar los gastos de Alcocer como un «abuso con millones de colombianos». La indignación no se limita al ámbito político; la ciudadanía, que paga impuestos, cuestiona la prioridad de financiar lujos innecesarios en tiempos de crisis.
Rafael Nieto, también del Centro Democrático, catalogó las cifras como un verdadero escándalo. «Camuflados de distintas maneras, se pagan maquilladores, fotógrafos, asesoras personales, con salarios superiores a ministros», denunció Nieto. La comparación con los sueldos de funcionarios de alto rango subraya la gravedad de la situación.
Entre los gastos detallados, se destaca el sueldo mensual de 20 millones de pesos para Carolina Plata, la mejor amiga y dama de compañía de la primera dama. Fady Flórez, el maquillador y vestuarista, también recibe un monto significativo. Además, se suman los costosos desplazamientos internacionales de Verónica Alcocer, elevando aún más la polémica.
Es relevante recordar que Eva Ferrer, la exalta Consejera para la Reconciliación, también formó parte del equipo de colaboradores de Alcocer, pero su relación terminó en distanciamiento. Las revelaciones de gastos desmesurados plantean interrogantes sobre la gestión y la transparencia en la Casa de Nariño.
En medio de este escándalo, la primera dama enfrenta la presión de rendir cuentas y justificar los exorbitantes gastos de su equipo personal. Mientras tanto, los ciudadanos observan con atención, cuestionando la ética y responsabilidad de un liderazgo que debería priorizar las necesidades del país sobre lujos personales. La controversia está lejos de apagarse, y la política colombiana se ve sacudida por un nuevo capítulo de disensión y cuestionamiento.
