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Tensión comercial Colombia responde a EE.UU. y preocupa a expertos

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Tensión comercial Colombia responde a EE.UU. y preocupa a expertos

En medio de un clima económico global cada vez más tenso, una decisión del Gobierno de Colombia podría convertirse en un verdadero “tiro en el pie”, según alertan expertos. Todo comenzó tras el anuncio de nuevos aranceles del 10% por parte del expresidente estadounidense Donald Trump, ahora de vuelta en el escenario político y comercial, quien incluyó a Colombia entre los países afectados por su nueva política proteccionista.

La reacción del Gobierno colombiano no se hizo esperar. El ministro de Hacienda, Germán Ávila, afirmó que se está evaluando una posible respuesta arancelaria recíproca para mitigar los efectos sobre la economía nacional. Sin embargo, voces del sector empresarial advierten que esta medida podría tener consecuencias graves para Colombia, especialmente en un contexto de alta dependencia comercial con Estados Unidos.

Estados Unidos: Socio clave para Colombia

Actualmente, Estados Unidos representa más del 29% de las exportaciones colombianas, mientras que Colombia apenas alcanza un 1% del total de exportaciones estadounidenses. Esta relación asimétrica hace que cualquier intento de retaliación por parte de Colombia tenga un impacto mínimo en EE.UU., pero uno potencialmente devastador en su propia economía.

La presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio Colombo-Americana (AmCham), María Claudia Lacouture, fue contundente al advertir que una medida de este tipo sería un gran error. “Cualquier acción que nosotros hagamos en Colombia para generar una represalia no genera un impacto real dentro de Estados Unidos”, dijo en un video difundido en redes sociales. Para ella, es una estrategia riesgosa y desproporcionada.

¿Qué propone el Gobierno de Colombia?

Desde el Congreso de Asofondos, el ministro Ávila afirmó que la coyuntura actual puede convertirse en una oportunidad para fortalecer ciertos sectores productivos internos. “Lo que tenemos que buscar es el escenario en el que podemos intervenir favorablemente o usar favorablemente esta coyuntura”, dijo el funcionario.

El enfoque, según explicó, estaría en aumentar la producción nacional en sectores estratégicos, impulsar el empleo y reducir la dependencia del mercado estadounidense. “La principal manera de reaccionar frente a ese proteccionismo es avanzar en el crecimiento económico interno nuestro”, declaró, planteando un giro hacia la autosuficiencia y la diversificación de socios comerciales.

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El riesgo detrás de una represalia

A pesar del discurso optimista del Gobierno, los expertos insisten en que responder con la misma moneda podría agravar la situación económica del país. Según Lacouture, el 70% de los productos que Colombia importa de Estados Unidos son bienes que no se producen localmente o cuya oferta es insuficiente, lo que haría que nuevos aranceles afecten directamente al consumidor y a las empresas.

Encarecer insumos, disminuir la competitividad y aumentar la presión sobre el costo de vida son solo algunas de las consecuencias que podrían surgir. Además, se pondría en riesgo la inversión extranjera, el empleo y el acceso preferencial a uno de los mercados más importantes del mundo.

La exministra de Comercio también recordó que el déficit comercial de Colombia con EE.UU. fue de USD 3.089 millones en 2022, y aunque disminuyó a USD 1.191 millones en 2024, sigue siendo un signo de alerta sobre la vulnerabilidad comercial del país frente a su principal socio.

¿Es el momento de una guerra comercial?

Más allá de lo económico, la relación entre Colombia y Estados Unidos ha sido estratégica durante décadas, no solo en términos comerciales, sino también en cooperación en temas de seguridad, inversión y desarrollo. Una escalada de tensiones comerciales pondría en riesgo esa relación y alejaría posibles aliados en momentos en los que el país necesita consolidar su estabilidad económica.

Por eso, Lacouture instó al Gobierno a actuar con diplomacia comercial. “Este no es un momento para una retaliación, sino para fortalecer la relación bilateral y atraer inversión productiva”, afirmó.

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Además, recordó que el proteccionismo no se combate exclusivamente con aranceles, sino con estrategias inteligentes como barreras no arancelarias, certificaciones y acuerdos multilaterales que permitan proteger sectores clave sin comprometer la relación internacional.

¿Qué está en juego?

Colombia enfrenta un delicado equilibrio: proteger su economía nacional sin sacrificar la estabilidad de una relación comercial vital. La tentación de aplicar medidas de reciprocidad puede sonar lógica en el corto plazo, pero sus efectos a largo plazo podrían ser mucho más nocivos de lo esperado.

El país debe considerar que las represalias comerciales suelen generar efectos en cadena, elevando precios, reduciendo inversión y, en el peor de los casos, aislando a la economía de los flujos de capital internacional. Frente a esto, muchos expertos coinciden en que la mejor arma no es el arancel, sino la estrategia.

El debate está sobre la mesa, y las decisiones que se tomen en las próximas semanas marcarán el rumbo económico del país para los próximos años.

www.canalcncmedellin.com

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