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Benedetti pierde el control en el Senado tras hundimiento de la consulta popular
El ministro del Interior Armando Benedetti, protagonizó un escándalo en el Congreso al gritar y reclamar irregularidades en la votación; el ambiente estuvo a punto de llegar a los golpes.
El Congreso de la República vivió una jornada tensa y bochornosa este martes, luego de que el ministro del Interior, Armando Benedetti, protagonizara una acalorada escena tras conocerse el hundimiento de la consulta popular impulsada por el Gobierno Nacional. El episodio, que rápidamente se volvió viral en redes sociales, dejó en evidencia el grado de tensión política y la profunda división que enfrenta actualmente el Legislativo frente a las propuestas del Ejecutivo.
La votación que encendió la polémica
Todo comenzó con una sesión en el Senado que prometía ser un trámite para el Gobierno. La consulta popular, que pretendía convocar al pueblo colombiano para definir temas de interés nacional —cuya naturaleza no fue revelada por el ministro en su momento—, contaba con supuestos apoyos de más de 60 senadores, según las cuentas internas del Gobierno. Con este panorama, Armando Benedetti llegó confiado al Capitolio, esperando una victoria política que respaldara la iniciativa del presidente.
Sin embargo, los resultados fueron un baldado de agua fría para el Ejecutivo: 47 votos a favor y 49 en contra. La consulta no pasó. El golpe fue tan inesperado como contundente, y la reacción de Benedetti no tardó en alterar por completo el ambiente parlamentario.
«Hicieron trampa»: el reclamo explosivo de Benedetti
Visiblemente enfurecido, el ministro del Interior perdió los estribos. Según testigos, comenzó a gritar e increpar a varios senadores de distintas bancadas, acusándolos de traicionar acuerdos previos y de manipular el proceso de votación. En un video difundido por la representante Jennifer Pedraza en su cuenta de X (antes Twitter), se observa al ministro fuera de sí, gritando que “hicieron trampa” y reclamando lo que calificó como una “jugada sucia” en contra del Gobierno.
“Esto no puede ser. ¡Nos jugaron sucio! ¡Esto no es democracia!”, se le escucha decir con el rostro desencajado, mientras es contenido por varios asistentes. La situación se tornó tan tensa que varios parlamentarios intervinieron para evitar que Benedetti agrediera físicamente a alguien. Algunos reportes indican que incluso llegó a encararse con un senador del Pacto Histórico, su propia coalición, a quien acusó de haber cambiado el voto en el último minuto.
Reacciones divididas en el Congreso
La reacción del ministro generó una ola de comentarios dentro del Congreso. Algunos senadores expresaron su solidaridad con el funcionario, argumentando que la frustración es entendible dado el clima de constante bloqueo legislativo que enfrenta el Gobierno. Otros, sin embargo, criticaron duramente su comportamiento.
«Esto es inadmisible. El ministro del Interior no puede venir al Senado a amenazar ni a intimidar a los congresistas. Aquí se vota en conciencia y de manera soberana», afirmó el senador David Luna. Por su parte, la senadora Paloma Valencia calificó el episodio como una muestra más del “autoritarismo emocional” que, según ella, caracteriza al actual Gobierno.
¿Qué significa el hundimiento de la consulta para el Gobierno?
La caída de la consulta popular es un nuevo revés para la agenda legislativa del presidente, quien ha visto estancadas varias de sus reformas clave en el Congreso. Aunque aún no se conocen detalles específicos del contenido de la consulta, desde la Casa de Nariño se filtró que buscaba legitimar directamente ante la ciudadanía varios puntos de su plan de transformación social y económica.
El hundimiento representa no solo una derrota en términos políticos, sino también una señal preocupante para el Ejecutivo: el respaldo en el Congreso se está desmoronando, incluso entre aliados que antes parecían incondicionales.
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Una crisis de gobernabilidad en aumento
El escándalo protagonizado por Benedetti pone sobre la mesa un problema mayor: la creciente crisis de gobernabilidad que enfrenta el país. Las fracturas dentro del Pacto Histórico, los desencuentros con partidos tradicionales y los roces constantes entre el Legislativo y el Ejecutivo están debilitando el rumbo institucional de Colombia.
Expertos advierten que si el Gobierno continúa enfrentando obstáculos en el Congreso y responde con episodios como el del martes, podría perder el control de la narrativa pública y comprometer aún más su legitimidad. “La democracia no solo se construye con votos, sino con respeto. El ministro Benedetti cometió un error político grave al reaccionar así, y eso tiene costos institucionales”, señaló el analista político Mauricio Jaramillo.
Benedetti guarda silencio tras el escándalo
Hasta el momento, el ministro del Interior no ha emitido una declaración oficial tras los hechos. Desde el Ministerio se informó que Benedetti “lamenta lo ocurrido” y que “su reacción obedeció a la intensidad del momento político”. No obstante, varios sectores ya están pidiendo su renuncia, argumentando que el cargo que ostenta requiere de serenidad, capacidad de diálogo y una conducta ejemplar.
Redes sociales estallan con memes y críticas
Como era de esperarse, el escándalo tuvo una gran repercusión en redes sociales. Usuarios en plataformas como TikTok, Instagram y X difundieron videos, memes y parodias del momento en el que Benedetti pierde el control. Algunos lo compararon con otros episodios de ira protagonizados por figuras políticas, mientras que otros lo tildaron de “niño mimado del poder”.
¿Qué sigue ahora?
El futuro político de Armando Benedetti queda en entredicho. Aunque es uno de los alfiles más cercanos al presidente, su comportamiento podría ser utilizado por la oposición como argumento para exigir su salida del gabinete. Mientras tanto, el Gobierno deberá recalcular su estrategia legislativa si quiere sacar adelante sus reformas en lo que resta de este año.
Lo cierto es que el episodio vivido en el Senado no solo refleja una derrota política, sino una profunda crisis de liderazgo. Una que, si no se gestiona con inteligencia, podría seguir debilitando la gobernabilidad en Colombia.