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Armando Benedetti rompe el silencio, su lucha contra las adicciones al alcohol y las drogas
Armando Benedetti, actual ministro del Interior de Colombia, hizo una valiente confesión en una reciente entrevista con la revista Cambio: lleva más de 30 años luchando contra las adicciones al alcohol y las drogas. Esta revelación impacta al panorama político colombiano y abre una conversación necesaria sobre la salud mental y las adicciones en altos cargos públicos.
Benedetti: una lucha silenciosa de más de tres décadas
Desde marzo de 2025, Armando Benedetti ocupa el cargo de ministro del Interior bajo el gobierno de Gustavo Petro. A pesar de las críticas que surgieron tras su nombramiento, Benedetti ha logrado mantenerse en el puesto, respaldado por su experiencia previa como jefe de despacho presidencial, embajador en Venezuela y representante ante la FAO.
En su entrevista exclusiva, Benedetti habló sin filtros sobre su enfermedad. Reveló que, a pesar de haber logrado periodos de sobriedad, las recaídas han marcado su vida de forma dolorosa.
«De 57 años, 30 he estado fuera del alcohol. Paré en 1995 y recaí en 2008 o 2009. En esos 14 años, mi vida cambió demasiado bien», expresó el ministro.
Su adicción, explicó, se inició de manera progresiva, casi inadvertida, en medio de compromisos sociales y el estrés permanente que conlleva la vida política. Al principio, era un escape ocasional. Sin embargo, con el tiempo se transformó en una dependencia que impactó gravemente su salud física, emocional y su entorno familiar.
Las raíces del problema: traumas infantiles y presión política
Durante la entrevista, Armando Benedetti también habló de los factores que contribuyeron a su enfermedad. Mencionó traumas infantiles, como la separación de sus padres a una edad temprana, y la presión social que sintió por asumir responsabilidades de adulto desde niño, como “el hombre de la casa”.
Estas heridas emocionales, sumadas al estrés constante de la vida pública, sirvieron de caldo de cultivo para su adicción.
«Uno siempre lo niega. Yo reconocí que soy adicto después de que fui a la clínica», recordó sobre su primera rehabilitación en 1995.
Benedetti destacó cómo el ritmo acelerado de su carrera política le permitió justificar su consumo durante años, sin medir las consecuencias. Poco a poco, su círculo más cercano empezó a notar cambios en su comportamiento: irritabilidad, aislamiento y deterioro en sus relaciones familiares y profesionales.
Rehabilitación y un proceso de reconstrucción personal
En octubre de 2024, Benedetti tomó la decisión de ingresar a un centro de rehabilitación en México. Desde entonces, ha estado trabajando en su recuperación y en reparar los lazos con su familia.
«A veces me da duro aceptarlo. A nadie le gusta decir que es un enfermo. Yo no quiero ser drogadicto. No quisiera ser adicto. Y lo soy. Es una enfermedad», afirmó de manera contundente.
El ministro reconoció que la adicción lo alejó de su familia, causándole angustia, ansiedad y soledad. No obstante, también destacó que, gracias al tratamiento y a su esfuerzo personal, sus hijos han empezado a notar un cambio positivo en su comportamiento como padre.
«Ellos reconocen el cambio que he tenido como papá, porque el trago te aleja de tu familia», confesó.
Actualmente, Benedetti asegura que duerme apenas cuatro o cinco horas al día, pero se siente concentrado y firme en su recuperación, enfocado en su labor pública y su vida personal.
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Controversias recientes: acusaciones de violencia de género
La vida de Armando Benedetti no ha estado exenta de escándalos. El 30 de junio de 2024, su esposa, Adelina Guerrero, lo denunció en Madrid (España) por presunta violencia de género. Según los informes, Benedetti, entonces embajador ante la FAO, habría amenazado a Guerrero con un cuchillo y cortado su ropa durante una discusión.
La policía española abrió un expediente, aunque Benedetti no fue detenido debido a su inmunidad diplomática.
Durante la entrevista con Cambio, Benedetti tocó el tema, aunque evitó entrar en detalles:
«Ese es un cuento que me han armado. Ese día sí me porté mal –no voy a decir en qué–, pero dicen que yo maltraté a mi esposa en ese momento, pero ella no estaba ahí».
Actualmente, el ministro afirma que ha trabajado intensamente en recuperar la confianza de su esposa y sus hijos, luego de los episodios oscuros causados por su adicción.
Un mensaje de reflexión sobre la salud mental y las adicciones
La confesión de Armando Benedetti pone sobre la mesa una conversación urgente en Colombia: la importancia de reconocer las adicciones como una enfermedad y brindar apoyo adecuado a quienes las padecen, sin importar su posición social o política.
Su testimonio muestra que, detrás de las figuras públicas, existen seres humanos que también luchan contra demonios personales, y que el proceso de sanación requiere valentía, constancia y ayuda profesional.
Benedetti, al abrir su corazón, se suma al grupo de líderes mundiales que han decidido visibilizar la lucha contra las adicciones y romper el estigma que durante años ha rodeado este tema.