Política
Cese al Fuego entre el Gobierno y las FARC: Un Respiro Temporal
En medio de la conmoción internacional por el reciente atentado en Bruselas y la respuesta de la Cancillería colombiana, se ha anunciado un decreto crucial para la estabilidad interna: un cese al fuego entre el Gobierno y el Estado Mayor de las FARC. Este acuerdo, que entrará en vigor a partir del 17 de octubre, marca un intento por frenar la violencia y abrir espacios para el diálogo en un momento crítico.
La Cancillería colombiana, liderada por Álvaro Leyva, ha estado bajo los reflectores debido a su enérgica respuesta al ataque en Bélgica, expresando solidaridad con Bélgica y Suecia. Sin embargo, este pronunciamiento ha generado controversia, ya que contrasta con el silencio sobre el asesinato de dos ciudadanos colombianos por miembros de Hamas en un ataque terrorista.
La pareja, Ivonne Rubio y Antonio Macías, perdió la vida mientras asistía a un festival de música, un acto atroz que ha dejado dos familias enlutadas. Sorprendentemente, el gobierno colombiano no ha emitido declaraciones sobre este incidente, y tanto el presidente Gustavo Petro como el canciller Álvaro Leyva han guardado un preocupante silencio al respecto.
Este silencio contrasta con la postura de Petro, quien ha anunciado su disposición a romper relaciones diplomáticas y comerciales con Israel, incluso después de que el embajador colombiano fuera llamado a consultas y se suspendieran exportaciones en materia de seguridad. La amenaza de expulsar al embajador israelí en Colombia también ha causado tensiones diplomáticas.
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La falta de respuesta del Gobierno colombiano ante el ataque de Hamas ha generado preguntas y críticas. Mientras la Cancillería repudia el atentado en Bélgica, se le acusa de ignorar un incidente igualmente grave que afectó a ciudadanos colombianos. La sociedad espera respuestas claras y acciones concretas frente a esta dolorosa realidad.
En medio de esta tensión internacional, se presenta un rayo de esperanza con el anuncio del cese al fuego entre el Gobierno colombiano y el Estado Mayor de las FARC. Este acuerdo, que estará vigente por tres meses, busca poner un alto a la violencia y brindar un espacio para el diálogo y la búsqueda de soluciones pacíficas.
El cese al fuego con las FARC es un paso importante hacia la estabilidad interna, pero también plantea preguntas sobre la priorización de eventos internacionales sobre asuntos nacionales. ¿Por qué la Cancillería se pronuncia de manera tan contundente sobre un atentado en el extranjero, pero guarda silencio ante el asesinato de sus propios ciudadanos?
La respuesta a esta pregunta y la percepción pública de la actuación del Gobierno colombiano serán fundamentales en las próximas semanas. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con atención, esperando ver cómo evolucionan las relaciones diplomáticas y qué medidas concretas se toman para abordar los desafíos internos y externos que enfrenta Colombia.