Internacionales
Estados Unidos y Panamá iniciarán vuelos de repatriación de migrantes a Colombia para reducir tránsito por el Darién
En un esfuerzo conjunto por frenar el creciente flujo migratorio a través de la selva del Darién, los gobiernos de Estados Unidos y Panamá han anunciado que iniciarán vuelos de repatriación de migrantes hacia Colombia antes de finalizar el mes de agosto. Este ambicioso plan, que forma parte de un acuerdo bilateral firmado el pasado 1 de julio, busca reducir significativamente el tránsito de migrantes ilegales por esta peligrosa ruta.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresó que su país está «listo» para implementar este plan, tras una conversación telefónica sostenida con el presidente de Panamá, José Raúl Mulino. Durante este diálogo, ambos mandatarios discutieron temas cruciales, como la crisis en Venezuela, la migración ilegal en el Darién y el papel de Panamá como un aliado estratégico en la región.
La Presidencia de Panamá informó en un comunicado que Biden se comprometió a iniciar en agosto la implementación del acuerdo de repatriación. Este plan, cuyo financiamiento de 6 millones de dólares correrá por cuenta de Estados Unidos, contempla el retorno de migrantes que ingresan a Panamá desde la selva del Darién a través de vuelos directos a Colombia, el país fronterizo de donde provienen estos transeúntes.
El acuerdo también destaca el respeto por los derechos humanos y la dignidad de los migrantes, según subrayó el presidente Mulino, quien reafirmó el compromiso de su país en colaborar con Estados Unidos para enfrentar esta crisis migratoria.
La selva del Darién, una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo, ha visto un aumento sin precedentes en el flujo de migrantes en los últimos años. Según cifras oficiales de Panamá, más de 216.000 personas, en su mayoría venezolanos, han atravesado esta selva en lo que va del año 2024, superando las 520.000 personas que lo hicieron en todo 2023.
Para contrarrestar este fenómeno, Panamá ha implementado desde el 3 de julio un sistema de «barreras perimetrales» que abarca 4,7 kilómetros en el Darién. Estas medidas, que incluyen vallas de alambre con púas, tienen como objetivo canalizar a los migrantes hacia un «corredor humanitario», lo que ha resultado en una disminución del flujo migratorio en julio comparado con el mes anterior.
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Sin embargo, Mulino ha advertido que la situación migratoria podría empeorar, dependiendo de cómo evolucione la situación en Venezuela tras las elecciones del 28 de julio. La gran mayoría de los migrantes que atraviesan el Darién provienen de este país, lo que ha generado una creciente preocupación entre las autoridades panameñas.
El plan de repatriación no solo representa un esfuerzo por parte de Estados Unidos y Panamá para gestionar la crisis migratoria, sino que también subraya la importancia de la cooperación internacional en la búsqueda de soluciones sostenibles. Ambos países han acordado mantener una comunicación directa para asegurar la correcta implementación del acuerdo y garantizar que se respeten los derechos de los migrantes durante todo el proceso.
Este nuevo enfoque podría marcar un cambio significativo en la dinámica migratoria de la región, aunque queda por ver cómo se desarrollará en la práctica y qué impacto tendrá en los flujos migratorios a largo plazo. Mientras tanto, el mundo estará observando de cerca los resultados de esta colaboración entre Estados Unidos y Panamá.
