Colombia
Crisis financiera y retrasos amenazan el futuro del metro ligero de la 80 en Medellín
A menos de cuatro meses para el esperado inicio de las obras del metro ligero de la 80 en Medellín, la ambiciosa apuesta de movilidad enfrenta una tormenta perfecta de desafíos financieros y retrasos que podrían dejar al proyecto en jaque.
El desfase financiero, cifrado en un impactante hueco de $1,1 billones, ha llevado al gobierno distrital a una encrucijada, obligándolo a buscar más de medio billón de pesos que no se cubrieron en el cierre financiero original. Un escenario que genera incertidumbre sobre la viabilidad económica del proyecto.
El secretario de Hacienda de Medellín, Orlando de Jesús Uribe Villa, reveló los desafíos económicos más críticos, destacando un déficit de $510.000 millones derivado de la falta de indexación de los recursos comprometidos por la Nación y el Distrito. Este problema, agravado por la inflación y variaciones en indicadores económicos, pone en entredicho el compromiso del Gobierno Nacional.
Además de este complicado panorama financiero, otro cabo suelto que amenaza la concreción del proyecto son los intercambios viales no contemplados en el convenio de cofinanciación. Estos desarrollos, esenciales para la continuidad de la línea, representan una factura adicional de $665.000 millones que el Distrito deberá asumir.
El secretario de Hacienda alertó sobre la necesidad de disponer de estos recursos sin contar aún con la factibilidad del proyecto, convirtiendo este escenario en un desafío monumental para las arcas de la ciudad. Este «hueco grande» podría comprometer recursos que, en circunstancias distintas, podrían destinarse a inversión social.
A pesar de los esfuerzos del Metro por tranquilizar a la ciudadanía, afirmando que el cronograma no está en riesgo, la realidad financiera del proyecto plantea serias dudas sobre cómo Medellín conseguirá los recursos pendientes y cumplirá con la compra de predios, un componente que ha sido objeto de críticas desde hace más de tres años.
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El diagnóstico más reciente, presentado por el nuevo secretario de Hacienda, destaca que el desfase financiero se agravó debido a la falta de previsión de indexación en el acuerdo de cofinanciación. Este error, sumado a la variación de indicadores económicos durante la pandemia, creó un déficit que podría profundizarse aún más.
El proyecto, que requiere una inversión significativa y tiene como objetivo mejorar la movilidad en la ciudad, se enfrenta a un panorama incierto que podría afectar la calidad de vida de los ciudadanos. La falta de previsión en la estructuración financiera y la ausencia de controles adecuados están generando una crisis que podría dejar al metro ligero de la 80 como un elefante blanco.
A pesar de que el Metro insiste en que el cronograma se mantendrá, los retrasos en la gestión predial y los diseños plantean otro desafío importante. La gestión predial, a cargo de la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), apenas ha avanzado en un 32%, generando preocupación en la Alcaldía en relación con el cronograma que estipula el inicio de las obras físicas en abril.
El retraso en la gestión predial se suma a los problemas financieros y de diseño, creando un cóctel explosivo que pone en entredicho la ejecución exitosa del proyecto. Mientras que el Metro sostiene que el avance en la gestión predial no afectará los tiempos del proyecto, la realidad es que la situación actual genera incertidumbre sobre el futuro de esta ambiciosa iniciativa.
La pregunta que ahora surge es si Medellín podrá superar estos obstáculos y garantizar el éxito del metro ligero de la 80. Con la necesidad de conseguir recursos adicionales, resolver el desfase financiero y acelerar la gestión predial, la ciudad se enfrenta a un desafío monumental que requerirá decisiones estratégicas y un compromiso decidido por parte de las autoridades para evitar que esta obra emblemática termine convertida en un proyecto fallido.