Deportes
El All-In Faraónico de los Suns, apuesta desafiante en la NBA
En un movimiento que ha dejado perplejos a muchos en el mundo del baloncesto, los Phoenix Suns han decidido renovar a Josh Okogie, una jugada que implica más de 50 millones de dólares entre salario y penalizaciones. En un contexto marcado por la incertidumbre debido a la entrada en vigor del nuevo convenio colectivo de la NBA y sus ajustadas reglas, los Suns han optado por una estrategia arriesgada que podría definir su futuro inmediato.
Josh Okogie, el escolta nigeriano de 25 años, se ha convertido en el jugador número 15 de los Phoenix Suns, llenando la última ficha disponible del equipo de Arizona. Okogie, conocido por su tenaz defensa y su incansable energía en la cancha, ha firmado un contrato de dos años por 16 millones de dólares. Este acuerdo ha sido una pieza clave en la compleja ingeniería salarial de los Suns.
El equipo se encuentra profundamente sumido en el impuesto de lujo, y la renovación de Okogie añade un costo adicional de 47 millones de dólares en penalizaciones para la próxima temporada. Así, su contrato de ocho millones se convierte en una factura de 55 millones para los Suns en la temporada 2024-25. Sin embargo, solo la primera temporada está totalmente garantizada, lo que convierte el contrato de Okogie en una pieza potencialmente fácil de traspasar durante la temporada.
Los Suns están atrapados en los rigores del nuevo convenio colectivo y las restricciones del «second apron», el límite final de gasto para los equipos en este nuevo escenario. Esto significa que tendrán muy poco margen de maniobra durante la temporada, no podrán agregar contratos ni recibir más dinero del que envían en cualquier operación de traspaso. A pesar de estas limitaciones, cuentan con cinco contratos de entre 6,75 y 18,1 millones, lo que les proporciona una cierta flexibilidad para realizar movimientos estratégicos en el mercado.
La apuesta de los Suns es gigantesca y a contracorriente. Mientras otras franquicias intentan evitar el «second apron» y gestionan cuidadosamente cada dólar, los Suns han decidido adoptar una postura de «todo o nada». Esta estrategia se deriva de los traspasos que realizaron para adquirir a Kevin Durant y Bradley Beal, formando un «big three» junto con Devin Booker. Sin embargo, la temporada pasada no fue exitosa para los Suns, terminando con un récord de 49-33, un sexto puesto en la Conferencia Oeste y una eliminación humillante en la primera ronda de playoffs a manos de los Wolves (4-0).
Esta temporada, los Suns han decidido volver a apostar fuerte, con la esperanza de que su arriesgada estrategia finalmente dé frutos en la cancha. Será una temporada de éxito masivo o, posiblemente, el final definitivo de este proyecto, que hasta ahora ha sido faraónico y ultra mediático, pero decepcionante en términos de resultados deportivos.
Con tres entrenadores en nómina y una estructura salarial que desafía las nuevas normativas de la NBA, los Suns se enfrentan a una temporada llena de incertidumbres. ¿Podrá esta audaz apuesta llevarlos a la gloria o será el preludio de una reestructuración inevitable? Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es segura: los Suns están dispuestos a correr hasta el final del camino, sin mirar atrás.