Tensión en Bogotá, minga indígena advierte «vías de hecho» si el gobierno Petro no firma decreto acordado

La Minga Indígena ha vuelto a encender las alarmas en el Gobierno de Gustavo Petro, emitiendo una fuerte advertencia de «vías de hecho» si no se cumple con la firma de un decreto previamente acordado. El Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric), que lidera la movilización, ha dejado claro que su paciencia tiene un límite, y ese límite parece estar llegando a su fin.

En las últimas semanas, cerca de 4.500 personas se han congregado en el parque El Renacimiento de Bogotá, estableciendo un campamento como centro de operaciones de su protesta. La movilización, que comenzó entre el 19 y el 21 de agosto, ha reunido a más de 3.000 personas de diversas comunidades indígenas, incluyendo a los nasa, yanakuna, kokonuko, misak y ambaló, quienes forman parte del Cric. El objetivo principal: presionar al Gobierno para que cumpla con sus demandas y asegurar la firma del decreto ATEA (Autoridades Territoriales Económico Ambiental).

Este decreto, que fue acordado en el marco de una movilización anterior, busca fortalecer la gobernabilidad territorial indígena, protegiendo sus tierras de proyectos mineros y promoviendo el comercio indígena a través de la consolidación de una zona franca. Según Yesid Conda, consejero mayor del Cric, el documento es crucial para la protección ambiental y la autonomía territorial de las comunidades indígenas.

Sin embargo, el Gobierno no ha mostrado señales claras de que el decreto vaya a ser firmado en el plazo exigido por los manifestantes, lo que ha generado una creciente tensión. Los líderes indígenas han dado un ultimátum: si el Gobierno no se presenta en el parque El Renacimiento el 29 de agosto a las 9 de la mañana para formalizar el decreto, tomarán «vías de hecho». Estas acciones podrían incluir bloqueos y ocupaciones de infraestructuras clave, paralizando el país y atrayendo aún más la atención nacional e internacional.

La situación es delicada. Las «vías de hecho» han sido una herramienta recurrente de presión en la historia de los movimientos sociales en Colombia, y en este caso, podrían generar un impacto significativo en la economía y en la vida diaria de millones de colombianos. Además, la falta de respuesta por parte del Gobierno podría derivar en una escalada de las protestas, aumentando la tensión social en un momento en que el país ya enfrenta múltiples desafíos.

Por su parte, la Agenda Nacional Campesina ha expresado su preocupación por las posibles consecuencias del acuerdo. Temen que el fortalecimiento de la gobernabilidad indígena pueda generar conflictos territoriales con las comunidades campesinas, quienes podrían verse subordinadas al Cric en zonas de reserva forestal y baldíos. Han hecho un llamado a un diálogo intercultural sin imposiciones, buscando un equilibrio entre los derechos de ambas comunidades.

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En medio de esta creciente tensión, las autoridades deben encontrar una solución que evite una mayor escalada de la protesta. La firma del decreto ATEA se presenta como un paso crucial para garantizar los derechos de las comunidades indígenas y preservar la paz social en el país. Mientras tanto, los ojos de toda Colombia están puestos en el parque El Renacimiento, donde el futuro de esta movilización se decidirá en cuestión de días.

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